Conexiones entre las universidades y las creaciones de las nuevas empresas

El campo de la ingeniería comercial es notorio por no estar a menudo afiliado a la creación de empresas reales. La mayoría de los inventos e innovaciones tecnológicas que vemos hoy en día fueron diseñados, construidos o recibieron protección de patente dentro de los muros de una universidad o centro de investigación. Empresas como Apple y la NASA se basan en los principios de la ingeniería comercial para producir nuevos productos y tecnologías. Sin embargo, la mayor parte de lo que hacen en nombre de la innovación no es realmente el producto de una mente brillante, sino más bien el resultado de años de investigación y pruebas. La innovación comercial no suele innovar las teorías o metas fundamentales en las que se basa la corporación.

La transferencia de tecnología comercial tiene que ver más con la aplicación de conceptos innovadores y la integración de las tecnologías emergentes en el panorama más amplio de lo que la empresa está tratando de lograr. Este proceso debe comenzar a nivel universitario o de laboratorio antes de que pueda transferirse a los capitalistas de riesgo o a las empresas de montaje de empresas. Uno de los principales objetivos de la transferencia de tecnología comercial es hacer que los resultados de la investigación sean mucho más accesibles. La publicación de los resultados de las investigaciones suele depender de los departamentos de publicación de las universidades.

El papel de las universidades en la creación de empresas de nueva creación

Las universidades pueden crear una riqueza de conocimientos aplicando sus propios métodos de investigación únicos. A menudo, las universidades crean proyectos de investigación originales con el fin de enseñar a los estudiantes sobre un tema en particular. Los resultados de estos proyectos independientes se convierten en la base de los proyectos de transferencia de tecnología de las universidades. En otros casos, la transferencia de tecnología universitaria se basa en los resultados de proyectos más grandes relacionados con la industria. Por ejemplo, universidades como el MIT elaboran nuevos proyectos de investigación basados en los resultados de sus investigaciones. Cuando esos proyectos tienen éxito, pueden conceder licencias de su tecnología a la industria correspondiente.

Las publicaciones de editoriales académicas como la Harvard Business Review y la Business Week crean una enorme cantidad de publicidad sobre el espíritu empresarial y el «Renacimiento de las empresas». Si bien estas publicaciones suelen destacar las nuevas empresas fundadas por personas adineradas, no siempre destacan las empresas más pequeñas que están creando nuevos puestos de trabajo. En muchos casos, las pequeñas empresas de nueva creación simplemente quieren contratar empleados o crear nuevos puestos de trabajo, no tienen el objetivo de hacerse ricas. Sin embargo, cuando una publicación universitaria como ésta reconoce la existencia de tales empresas, ayuda a crear conciencia sobre la mentalidad empresarial.

Para que las universidades puedan contribuir con éxito al movimiento de las empresas de nueva creación, deben aprender a estar abiertas a aceptar la innovación de las empresas de nueva creación. Por ejemplo, muchas universidades han modificado sus normas sobre lo que constituye una puesta en marcha exitosa para adaptarse a las demandas de los empresarios de alta tecnología. En consecuencia, la creación de empresas de nueva creación se ha ralentizado considerablemente desde 2020, a pesar de que se ha creado un número récord de nuevos puestos de trabajo.

Al comprender la diferencia entre las empresas de nueva creación y los subsectores, las universidades pueden comprender mejor las necesidades de las empresas de nueva creación. Esta comprensión puede ayudarles a promover mejor el crecimiento tanto de las nuevas empresas como de los subsectores, lo que permitirá el crecimiento de ecosistemas más grandes y bien apoyados. Además, al ver la diferencia entre las empresas de nueva creación y los subsectores, pueden ser capaces de diseñar políticas más apropiadas para ambos. Esto podría incluir el fomento de que las empresas en sus primeras etapas se conviertan en puntos de salida para las etapas posteriores de la empresa.

Otro desafío que enfrentan las universidades en el ámbito de la iniciativa empresarial se relaciona con la definición de la iniciativa empresarial en sí misma. Muchos programas universitarios de iniciativa empresarial se centran enteramente en la comercialización de sí mismos como empresas de reciente creación, cuando en realidad estas empresas llevan años funcionando. El enfoque en la iniciativa empresarial también suele coincidir con una romantización de la iniciativa empresarial. Al centrarse en el marketing, la universidad puede contribuir al mito de la creación de nuevas empresas en lugar de ayudar a crear nuevos negocios.

A fin de apoyar el crecimiento de las nuevas empresas mediante el espíritu empresarial, las universidades deben desarrollar nuevos métodos para medir el éxito. Al hacerlo, deben tener en cuenta las mediciones existentes que se utilizan para medir el éxito de otros tipos de empresas, como las medidas utilizadas por los capitalistas de riesgo. Las universidades también deben evitar aplicar los enfoques tradicionales de recaudación de fondos para ayudar a crear una nueva empresa. El mejor enfoque de la iniciativa empresarial no es el de las formas tradicionales de recaudación de fondos, sino el de la adopción de nuevas formas de innovación. Esas innovaciones, cuando se apliquen, ayudarán a crear nuevas formas de iniciativa empresarial que cuenten con el apoyo de los capitalistas de riesgo y la comunidad de investigación.